Una vez más nuestro país vuelve a estar en las primeras cifras, pero en este caso no es por algo positivo, el SEDLAC (Socio-Economic Database for Latin American and the Caribbean) dio a conocer que el porcentaje de la población entre 25 a 34 años con estudios superiores completos, universitarios o técnicos, es una de las más bajas en Latino América.
Estos datos están acompañados por un gráfico que muestra como fue cayendo en el tiempo el porcentaje de graduados entre las diferentes generaciones. Un hecho realmente alarmante porque el país se posicionaba entre los de mayor alfabetización, y décadas más tarde nos encontramos en esta actual decadencia. La gran incógnita de esta problemática son las causas, ya sean jóvenes desmotivados, un mal sistema educativo, o los problemas económicos vigentes.
Si uno indaga en el público, no se llega a una causa exclusiva que elimine las otras dos, sino que las tres juntas explican esta realidad. Podríamos justificar que los jóvenes se sienten desmotivados por el mal sistema educativo y por los problemas económicos que llevan a los mismos a buscar una salida laboral antes de poder finalizar los estudios, pero lo que si sabemos, es que es un dificultad a solucionar de manera urgente por las autoridades competentes.
Podríamos pensar que para solventar el problema que azota esta realidad, es que deberíamos resolver los otros dos, educación y economía para que los jóvenes puedan centrarse en estudiar en vez de, muchas veces, buscar un segundo trabajo para poder llegar a fin de mes.
Ahora si de eliminar contratiempos hablamos, deberíamos empezar desde la cuestión económica, aunque no podría entrar en detalle de todo lo que pienso que deberían hacer para solucionar estos problemas, solo diré en que el gobierno de turno debería hacer lo necesario para que la economía prospere, los jóvenes elijan quedarse en el país, y principalmente solucionar el drama de la inflación, para que un empleo baste para poder subsistir.
Pasando al plano educacional, no solo el gobierno sino referentes científicos y culturales deberían plantearse la necesidad de cambiar el sistema educativo, para que invite a todos los jóvenes a seguir una vocación. Una solución viable, y que podría desenlazar de manera efectiva y rápida este problema es quizás carreras más cortas, como por ejemplo el sistema de “Bachelor Degree” de Estados Unidos, para que a los jóvenes no les tome tanto tiempo terminar la carrera y puedan integrarse en el mundo laboral para luego especializarse. Seguramente hay otras alternativas, pero lo importante es empezar asumiendo que el sistema actual no funciona y quedo añejo.
Solucionando estas dos grandes atenuantes de la crisis educacional que atraviesa y absorbe a nuestro país, empezaremos a ver jóvenes motivados, ansiosos por especializarse y desarrollarse, y así poder “re-profesionalizar” Argentina.
Juliana Medina Vives
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