“La educación difiere de los no educados tanto como los vivos difieren de los muertos” Aristóteles.
En las últimas décadas, la cantidad de alumnos universitarios menores de 35 años que terminaron una carrera cayó a un 25% de los ingresantes en Argentina, quedando debajo de otros países como Brasil, Chile y Perú.
Según datos proporcionados por la SEDLAC (Socioeconomic Database for Latin America and the Caribbean), sólo 1 de 5 personas de menos de 34 años son graduados universitarios en nuestro país. Esto muestra, que menos del 20% de la población de 25 a 34 años aproximadamente, tiene algún título de educación superior, refiriéndose a universitario o técnico. Frente a esto, el diputado por la provincia de Buenos Aires, Daniel Lipovetzky declaró que “es fundamental transformar nuestra educación para transformar nuestra realidad”.
Sin embargo, existe una parte que muchos ignoran, y es que, además de alumnos, los jóvenes son personas. ¿Cuántos videos de adoctrinación circulan actualmente? ¿Cuántas veces algún alumno se sintió olvidado por una universidad? ¿Cuántos jóvenes son solo un número más para el sistema educativo, que gasta cada parte de ellos?
Pero ¿por qué es tan importante cuidar que el universitario no se sienta así? Porque son ellos los que luchan sin cesar por los derechos de todos los argentinos, olvidamos que los jóvenes fueron los que hicieron frente a los militares en la noche de los bastones largos; en las revueltas de Córdoba, Santa Fe, Corrientes y Tucumán.
Una educación con respeto hace que los jóvenes tengan fe en sí mismos, y sean conscientes de su dignidad como personas; también hace que el corazón fuerte de arginina siga latiendo cada vez con más esmero y coraje para enfrentar la muchas veces dolorosa realidad. Una en la cual se los llame por su nombre, y se respeten sus valores y creencias.
En Argentina hay 82.776 psicólogos activos, es decir, casi 200 profesionales de la salud mental por cada 100.000 habitantes, según la información publicada en el Atlas de Salud Mental, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Frente a esto, parece cómico y desastroso que muchos jóvenes no tengan acceso a la salud mental.
Mejorando la escucha a los jóvenes será la única forma de ayudarlos y apoyarlos en su crecimiento, para que no olviden que fueron los primeros en defender la libertad, y que todo el país siempre estará agradecido con aquellos que todavía luchan detrás de libros o exámenes, ya que al final del día ellos serán quienes salven nuestras vidas.
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| "Quintazo" hecho por jóvenes de la facultad de ciencias exactas en 1972 |

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