32 a 48 selecciones: ¿Más o menos fútbol?
Más selecciones, menos fútbol. Esa es la premisa para gran cantidad de aficionados
de fútbol. Ampliar el mundial de 24 a 32 selecciones en 1998 fue un gran acierto,
generando una competitividad atractiva y equilibrada entre selecciones africanas,
asiáticas, europeas y sud,centro y norteamericanas. En el mes de marzo de 2023 la
FIFA aprobó un nuevo formato para la Copa Mundial, el evento más popular del
mundo del balompié, ampliando los cupos en un 50%, de 32 a 48 selecciones. El
presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que en un principio fue elegido para dirigir la
FIFA con una propuesta de ampliación a 40 equipos, defendió con firmeza la decisión
cuando se anunció en 2017, dado que la FIFA proyecta que generará 1000 millones
de dólares más en ingresos y 640 millones en beneficios adicionales.
¿Este cambio beneficia al mundo del fútbol o sólo a la FIFA?
La expansión del Mundial de Fútbol a 48 selecciones, programada para 2026,
promete ser una transformación de impacto masivo, pero no sin controversia. Según
un estudio Forbes y en un artículo publicado por AP News (un portal de noticias
estadounidense) la FIFA ha proyectado que este nuevo formato podría generar
ingresos superiores a los $11 mil millones, gracias a un incremento en derechos de
transmisión, patrocinios y la venta de entradas. Sin embargo, no son pocos los que
ven esta ampliación como un movimiento motivado más por razones financieras que
deportivas.
Detrás de la promesa, vacía, de democratizar el acceso al evento más prestigioso del
fútbol mundial, se esconde una realidad ineludible: el riesgo de diluir la calidad del
torneo. Al expandir la lista de participantes, se teme que las primeras fases del
campeonato se llenen de partidos menos competitivos, comprometiendo la
intensidad y el atractivo que caracterizan a la Copa del Mundo en su formato actual.
Es evidente que este cambio responde a un interés comercial más que al amor por el
juego. Las ganancias multimillonarias proyectadas son una tentación poderosa, pero
la pregunta que debe hacerse la comunidad futbolística es si el espectáculo y la
esencia del Mundial valen este sacrificio.
¿Y la calidad de los partidos…?
“Va a resultar aburrido y no va a ser bueno para el fútbol como ya se vio en la
Eurocopa. Pero era claro que algo así iba a pasar para recaudar más dinero”, señaló
Uwe Seeler, ex internacional alemán.
La palabra de Uwe está más que autorizada para estos casos. Pongamos de ejemplo
al partido de Argelia - Alemania en el Mundial de Brasil 2014. El partido fue
probablemente de los más entretenidos del mundial, a pesar de que los 3 goles
llegaron después de los 90 minutos regulares, esto se debe a que Argelia es una de
las selecciones más fuertes en el continente africano y Alemania no se queda atrás,
de hecho fue la campeona en ese mundial. Entonces, ¿A qué se debe la dificultad de
Alemania para eliminar a Argelia? El no estar acostumbrado a enfrentar a este tipo
de selecciones, las selecciones africanas en general son complicadas sin embargo hay
muchos escalones de diferencia entre las mejores y las peores. Con la ampliación a
48 selecciones es probable que en fase de grupos nos encontremos con un
encuentro entre Namibia e Irlanda, por dar un ejemplo. Este partido no resulta
atractivo para nadie, es un cotejo totalmente intrascendente y no porque tengan un
nivel bajo en jugadores sino porque son selecciones que no generan nada, no hay un
puntapié para llamar la atención por una parte u otra. Esto es solo un ejemplo de lo
que puede pasar.
Eliminatorias, batacazos…
Para las clasificaciones al mundial no se hace más que reducir el nivel, tomemos de
ejemplo a CONCACAF. EE.UU, México y Canadá al ser anfitriones no disputan
eliminatorias, y son 3 cupos además de los clasificados. ¿Quién clasificará? ¿El
Salvador? ¿Guatemala? ¿Curazao? ¿Martinica? Son todas selecciones que pueden
dar algún “batacazo” y llegar al mundial, pero llegarán y que pasará. Ya lo vimos en el
Mundial 2018 entre Inglaterra y Panamá, los panameños se metieron por la ventana
a la Copa del Mundo y cuando les tocó enfrentar a Bélgica, Inglaterra y Túnez
cayeron por 3 a 0, 6 a 1 y 2 a 1. ¿Es un logro histórico para la federación panameña?
Sí. Pero, estas historias perderán la emoción al ver el mundial plagado de este estilo
de selecciones. En todos los mundiales hay una sorpresa ya sea en la clasificación o
en el mundial en sí. Italia quedando afuera de dos mundiales seguidos siendo 4 veces
campeona del mundo, Marruecos quedando en el 4to lugar en el Mundial 2022,
Arabia Saudita batiendo el invicto de 36 partidos a la Argentina de Messi. Estos son
algunos ejemplos de tantos que se pueden dar. Con esto quiero dejar instaurada la
pregunta de: ¿Es necesaria esta ampliación y perder la esencia de los mundiales?
¿Inflación o expansión?
Desde el punto de vista comercial, la FIFA lo presentó como una expansión. Y sí,
llenan sus bolsillos a un punto que no dimensionamos. El paso de 32 a 48 lo ven
como una oportunidad de generar más ingresos mediante nuevas selecciones
participantes, derechos televisivos, nuevos patrocinadores, ventas de entradas, entre
otros factores.
En lo futbolístico, en palabras de jugadores y expertos en el tema, como Xavi
Hernández y Carlo Ancelotti, argumentan que se trata de una inflación ya que diluye
su calidad y competitividad, generando un efecto totalmente adverso a lo que “busca
la FIFA”. Esto llevaría a una fase de grupos menos competitiva, afectando al
espectáculo que todo aficionado espera cada 4 años. La inclusión de más selecciones
no equilibra la pérdida de competitividad que ve la FIFA. Simplemente la empeora.
Lo que el máximo ente regulador llama “expansión”, no es más que una inflación
para llenarse sus bolsillos dejando de lado, una vez más, la opinión de jugadores,
directores técnicos, presidentes y , lo que debería ser lo más importante, el hincha.

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