La toxicidad de la delgadez en Argentina
Argentina es un país tercermundista en muchos
aspectos, pero el primer mundo de los trastornos de la conducta alimentaria. La
delgadez siempre fue un estándar predominante en el mundo occidental y nuestro
país no es una excepción. Actualmente, entre el 10% y el 15% de la población
argentina presenta algún tipo de trastorno alimentario especialmente
adolescentes y mujeres jóvenes, el 90% de los casos reportados en el país
corresponden a mujeres, esto debería ser una señal de alerta para nuestra
sociedad que por más inclusiva que sea vea por fuera todavía le falta mucho por
mejorar.
Ser flaca se asocia
inmediatamente con un estado de bienestar y felicidad, pero ¿qué tan difícil es
mantener este estándar? El sueño de muchas argentinas, ser flacas y poder cumplir
con el estándar. El pensamiento que da vueltas en la mente de muchas ¿si fuera más
flaca sería más linda? Sumado a esto la popularidad de la vida “fit” en redes
aumentó mucho este pensamiento, castigando a la conciencia si comemos algo
fuera de las famosas dietas de internet que prometen maravillas irreales.
Según una encuesta de la organización
"Mujeres Que No Fueron Tapa," el 97.6% de las mujeres argentinas ha
intentado al menos una vez una dieta para bajar de peso, el 88,7% dijeron
alguna vez que tenía que adelgazar y el 30,1% sostuvo que sus madres era la
primera persona en recomendar el inicio de un régimen alimenticio. Con estos
datos podemos ver cómo la obsesión por la delgadez está sumamente arraigada en
las mujeres del país.
En las familias
argentinas, es muy común los comentarios sobre el cuerpo de sus hijos e hijas,
comentarios como “cuidá lo que comés” o “no vayas a engordar” o “todo eso te
vas a comer”. Esta presión constante se normaliza hasta el punto que muchas
jóvenes crecen con la idea de que solo serán aceptadas y amadas si son
delgadas.
Pero ¿de dónde
nace esta obsesión por la delgadez? Como sabemos todos en argentina hubo un
gran número de inmigrantes europeos en siglo pasado, esto ayudó a querer seguir
un estándar de belleza europeo olvidando completamente las raíces físicas de
las latinoamericanas, muchas personas se comparan con países más desarrollados,
pensando que la delgadez es la clave para alcanzar una vida exitosa.
Una de las figuras públicas más controversiales
de Argentina en cuanto a la salud es el Dr. Alberto Cormillot, el cual promueve
una visión de la salud que equipara la delgadez con el éxito y la felicidad,
especialmente en su libro Pasaporte a la felicidad, donde remarca
continuamente que el bienestar se alcanza al poder controlar el peso. Sus
comentarios en los medios, como a “la gordita de la oficina” resuenan en
la mente de muchas mujeres que no logran cumplir el estándar, la activista
Mar Tarrés dijo que estos comentarios contribuyen a la idea de que el valor y
la atracción de una persona están ligados a la delgadez, una creencia que sigue
afectando la autoestima de muchos.
En 2005, se
sancionó la "Ley de Talles" (Ley N.º 12.665), con el objetivo de
estandarizar los talles de ropa. Esto surgió tras reconocer que la falta de
talles no solo generaba discriminación, sino que afectaba la autoestima
especialmente entre adolescentes. Sin embargo, la ley ha tenido una aplicación
limitada en la práctica. A pesar de la intención inicial, muchas tiendas siguen
sin cumplirla y ofrecen talles reducidos, perpetuando la idea de que solo
ciertos cuerpos son “normales” o “deseables”. Esta falta demuestra cómo el
sistema de moda argentino sigue manteniendo la presión sobre la delgadez como
un valor social y estético.
En el ámbito de la
salud pública, el Ministerio de Salud ha trabajado en campañas para visibilizar
los riesgos de los TCA, promoviendo una educación que priorice la salud
integral sobre la apariencia. Estos programas incluyen la difusión de
información en escuelas y espacios comunitarios para que los jóvenes puedan
construir una imagen corporal saludable, además de ofrecer herramientas para
reconocer y prevenir conductas de riesgo. Si bien estas campañas han ayudado a
generar conciencia, la necesidad de más recursos y la cooperación de sectores
privados como la moda y los medios de comunicación son clave para lograr un
cambio cultural efectivo.
La situación de los TCA y los estándares de
belleza en Argentina refleja una problemática compleja. Aunque el país ha dado
pasos significativos para la mejora, como la implementación de la Ley de Talles
y campañas de sensibilización, aún queda mucho por hacer. La presión social
constante y los ideales de delgadez, arraigados en la cultura y explotados por
las redes sociales, afectan de manera descomunal a adolescentes y mujeres
jóvenes, contribuyendo a la prevalencia de los TCA en el país. Sólo con una
combinación de políticas, educación y un cambio cultural sobre todo lograremos
avanzar hacia una sociedad más inclusiva y consciente, que proteja la
autoestima y el bienestar de sus jóvenes.
Video :
https://www.youtube.com/watch?v=RrgTdRBkWIU
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